top of page

1x06 El Yeti

El Yeti poco a poco fue enfermando, apenas se movía de la celda y los domadores no parecía preocuparles en absoluto que muriera. Compungido peor ver el estado en el que se encontraba decidió ir cada noche a llevarle su comida.


En un principio el Yeti la rechazó y la tiró lejos de él, pero Nunu no se rendía. Sin apenas poder moverse, Nunu decidió entrar en la jaula. Los ojos del Yeti se transformaron en un rojo fuego y se medio incorporó y le enfrentó de cara, pero el niño ya no le temía, le chilló que comiera y puso su pequeño plato delante de su cabeza. El Yeti lo observó extrañado pero no se movió. Nunu hizo ademán de levantar el tenedor y el Yeti sintiéndose amenazado le lanzó el plato por los aires y le rugió. La carne estaba esparcida por la celda juntos con trozos de verdura que él le había cocinado. 


Sin inmutarse suspiró y con el pie lanzó fuera de la celda los cubiertos, mira al Yeti y se sentó delante de él. Cogiendo unos pedazos de carne le enseñó cómo comía, su estómago rugió de hambre a lo que Nunu sonrió y con la mano le acercó un trozo de la carne que estaba comiendo. El Yeti lo observó pero no se movió. 


A la siguiente noche Nunu volvió a la celda y entró de nuevo, el Yeti le dio un pequeño rugido sin fuerzas se giró dándole la espalda y se durmió.


Día tras día Nunu iba a la celda con un tipo de comida diferente y una noche al ver casi sin vida al Yeti decidió que era hora de actuar, el Yeti sin fuerzas sintió como el niño escalaba su cuerpo, le seguía hasta donde la vista le permitía observar y finalmente apareció en su barriga. Llevaba una garrafa y dentro algún tipo de caldo. Se le acercó a la cara y le obligó a beber. Al principio el Yeti la escupió, pero finalmente el hambre pudo con él y terminó la botella. Nunu sonrió satisfecho y comenzó a reírse mientras caía sobre la barriga del Yeti que no dejaba de observarlo.


Poco a poco Nunu fue alimentándolo y ambos fueron aprendiendo cosas el uno del otro. Nunu lo llamó Willump, mientras Nunu le enseñaba a dibujar escribir e incluso intentaba enseñarle a hablar Willump le hacía soñar, dibujaba cosas que había visto fuera de la Ciudadela cuando era libre.


Los domadores vieron como Willump fue recuperando su fuerza. Una fuerza tan abrumadora que comenzaron a temerlo. Nunu les enseñó que no era un ser violento, que no suponía un peligro. Pero los domadores no le creían.


Un día, Nunu fue a compartir con su amigo su comida, como ya hacía desde hace tiempo, pero al llegar descubrió que la jaula estaba abierta y que Willump no se encontraba en el interior, habían restos de sangre y trozos de látigo en la jaula, cuando inspeccionó la celda encontró un dibujo nuevo en el suelo, estaba montado encima del Yeti y ambos sonreían.


Los ojos de nunu chispearon de furia y salió corriendo de la celda en busca de su único amigo.

¡Comparte o dale like!

bottom of page